viernes, 14 de marzo de 2008

El Buda




Vivió en Lumbini, norte de la India, actual Nepal, en el siglo VI a.C. Su nombre era Siddartha Gautama. Su padre fue Sudodana, rey de los Shakyas, y su madre, la reina Maya. El Buda sería conocido como Shakyamuni, príncipe de los shakyas. Según la costumbre de la época contrajo matrimonio a los 16 años con la princesa Yasodara, con quien tuvo un hijo: Rahula. Se cuenta que estaba predestinado a ser un emperador o un gran maestro. El padre decidió que su hijo lo sucediera en el reino y lo privó de la visión de la miseria terrenal.Shakyamuni crecía en un ambiente lujoso y disfrutaba de excelente salud. Su inteligencia era privilegiada. Sin embargo Siddartha descubrió durante un paseo los cuatro símbolos que determinarían su vida: el nacimiento, la enfermedad, la vejez y la muerte. Profundamente afectado por la visión de estos sufrimientos decidió hallar la causa y solución a estos males, aparentemente irremediables. A los 29 años decidió abandonar su futuro reino, su mujer y su hijo, escapando una noche a caballo. Su vida cambió totalmente a partir de entonces. Renunció a sus hermosas vestiduras, se rapó la cabeza y se vistió ascéticamente. Se estableció en un bosque y allí aprendió las técnicas de la meditación y el autocontrol. Seis años después de dura mortificación, que estuvieron a punto de acabar con su vida, una aldeana se apiadó del esquelético asceta y le ofreció unas gotas de leche. Siddartha, que ya había reflexionado sobre las consecuencias inútiles de tan extrema privación, las bebió.Contando ya con 35 años y con la energía renovada se sentó a los pies del árbol, desde entonces conocido como el árbol Bodhi o de la sabiduría, con la firme decisión de encontrar, de una vez por todas, la pieza que faltaba en el rompecabezas cósmico. Por espacio de 49 días intentó hallar respuesta al interrogante del sufrimiento. Pero antes hubo de resistir los embates de la deidad infernal Mara (la mente) que lo atacó desatando huracanes y terremotos, en medio de los cuales danzaban sus tres hijas: el deseo, el placer y la pasión. Pero Siddartha permaneció meditando hasta el amanecer alcanzando la concentración mas elevada, convirtiéndose en un Buda, un ser totalmente iluminado o despierto. El Buda es de infinita sabiduría debido a que despertó del sueño de la ignorancia y eliminó todo apego en su mente. Percibe el pasado, presente y futuro simultáneamente. Tiene compasión imparcial por todos los seres del universo.Los dioses Brahma e Indra le rogaron que impartiera sus enseñanzas. Así fue que en el Parque de las Gacelas, en Isipatana, el Buda giró por primera vez la Rueda de la Ley: el Sutra de las Cuatro Nobles Verdades, que constituye la fuente principal del budismo Hinayana o vehículo menor. Más tarde, el Buda giró por segunda y tercera vez la Rueda de la Ley, compuestas por los sutras de la Perfección de la Sabiduría y el Sutra que Discierne la Intención. Estas enseñanzas son la fuente del budismo Mahayana o gran vehículo. El Sutra del Loto se desarrolló durante los últimos ocho años de vida del Buda. Es la síntesis de una enseñanza que unifica el pensamiento de más de cuarenta años de prédica de Shakyamuni.La personalidad del Buda histórico Shakyamuni, Siddartha Gautama, se proyecta colosal a través de los tiempos en cada relato que leemos. El Buda murió a los 80 años en Kusinara rodeado de una multitud de discípulos. Sus últimas palabras fueron: «Todas las cosas son perecederas. Esforzaos por vuestra salvación».


El que asi llega


El que así llega es aquel que viene del mundo iluminado para transmitirnos su luz; el Buda nos deja el legado del Sutra del Loto. Podemos leerlo como un documento anecdótico separado de nosotros o decidir escucharlo profundamente para aplicarlo a nuestras vidas.Es una escritura que atesora el gran corazón del universo, que disipa cualquier sentimiento negativo en la vida humana. Expone una forma de vivir plena consustanciada con la vitalidad del universo. Enseña la gran aventura de iniciar la transformación de la propia vida. El Sutra del Loto nos señala cuán vasta e infinita es la sabiduría del Buda y que la iluminación no pasa por el intelecto, sino que todo ser puede manifestar la propia iluminación desde su vida misma.Pablo Daniel Rocca nos acerca una versión completa en prosa y verso del Sutra del Loto de la Maravillosa Ley, enriquecida con un completo glosario que nos ayudará a disfrutar y profundizar en la lectura de la milenaria y sabia enseñanza del Buda.

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Pablo Daniel Rocca nos acerca una versión completa en prosa y verso del Sutra del Loto de la Maravillosa Ley, enriquecida con un completo glosario que nos ayudará a disfrutar y profundizar en la lectura de la milenaria y sabia enseñanza del Buda. El que así llega es aquel que viene del mundo iluminado para transmitirnos su luz; el Buda nos deja el legado del Sutra del Loto. Podemos leerlo como un documento anecdótico separado de nosotros o decidir escucharlo profundamente para aplicarlo a nuestras vidas. El Sutra del Loto contiene una visión revolucionaria en torno de todas las enseñanzas budistas. Su tema central es la idea que todas las personas por igual sin distinción alguna poseen naturaleza de Buda. El maravilloso mensaje del Sutra es el aliento a la firme convicción de las personas sobre su propia naturaleza de Buda. Es la capacidad iluminada universal llena de sabiduría, coraje y compasión que se muestra a través del relato sobre toda condición humana.